martes, 13 de mayo de 2008

Mensajes en la ciudad: Mar del Plata


Hablar de mensajes urbanos, sería caminar por la cornisa de los graffitis y no es la intención de lo que quiero contar. Así mismo recomiendo leer para aquellos interesados en estos temas "La Ciudad como comunicación" del autor Armando Silva Téllez Universidad Nacional de Colombia, Bogotá. También propongo leer La ciudad como objeto de consumo cultural: Una de las maneras de comprender lo que son las ciudades como “acontecimientos públicos” son mirándolas como espacio de comunicación.
Caminaba por Mar del Plata días atrás-mientras esperaba que los comercios abrieran sus puertas-, y me detuve a observar los mensajes que encontraba a mis pasos. El primero fue un afiche de la Juventud Peronista "Evita" sobre el diario Clarín, que también había leido en el trayecto de la ruta, sobre las paradas de ómnibus. Ya en el camino me pareció un mensaje desagradable, por haber ensuciado las paradas de colectivos y después por el método. Si "Clarín miente", acaso este gobierno ¿no oculta el origen del gasto público? Entonces...Después me preguntaba ¿Tanto miedo le produce Clarín a este gobierno? Pensé que la gobernabilidad de Cristina Fernández de Kirchner tenía más consistencia. Pero la juventud peronista debe salir defender a la señora o bien podría ser a justificar los subsidios.
Lástima que nos estamos perdiendo lo mejor que tiene la democracia: el diálogo, el discernimiento, el consenso, la representatividad de la voluntad popular. Al parecer, nada de eso hay, sólo la aplicación de medidas arbitrarias que terminarán convertidas en consuetudinarias.Seguía caminando por "La Feliz" y me detengo ante un cartel que no entendí su existencia, decía:"prohibido pisar el césped" y mirando a su alrededor me preguntaba donde estaba el césped. Este cartel está colocado a 30 metros de la Catedral de Mar del Plata, en la plaza que está allí delante. Como verán en la imagen, hasta le han pegoteado un panfleto. O sea del "orden" o mejor dicho de los "Derechos y Obligaciones" ni hablar. La gente pasa por ahí como si todo fuera normal, en realidad "normalizado".No sólo está casi todo pelado de césped, sino que ni la sociedad, ni el estado se han preocupado por cambiar esa imagen.
A metros de ese cartel, un monumento inaugurado en 1939, donado por el escultor José A. Paoletti a la ciudad, estaba "pintarrajeado" y destruido pictóricamente por inadaptados anónimos que les parece correcto manifestarse de esa forma. Sociedad y Estado municipal normalizó ese paisaje.Y así vamos "quemando" los días, siempre nivelando hacia abajo. El individualismo gana su espacio, volviendo a la gente impermeable. Nada entra, nada sale.

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