Desde la perspectiva de la prevención, debemos enfocarnos directamente en
la problemática como un fenómeno global que arroja resultados de una muerte por
causas de suicidio cada 40 segundos (Reporte de la Organización Mundial de la
Salud, 2018). Y por cada suicidio consumado, aproximadamente unas 20 personas
han intentado suicidarse) OMS, 2014). Más del 79% de los suicidios se
produjeron en países con ingresos bajos y medianos. Y si ponemos el ojo en
nuestra comunidad del Partido de La Costa, en un lapso menor a 60 días, han
ocurrido unos 8 casos entre suicidios consumados e intentos concretos.
Los números, sólo sirven para la prensa, las estadísticas y algún proyecto
posible de presentación ante quienes aún no han tomado conciencia cierta de
esta realidad silenciada. Una problemática social, que desde la sola mención de
la palabra suicidio, conlleva una carga estigmatizada. Al parecer, hablar del
suicidio es hablar de la muerte. Le agregaría, después de haberme especializado
como periodista en la prevención de esta conducta, que hablar del suicidio es
hablar de la vida. Y no tengo la menor duda, hasta puedo aseverar, que dialogar
es mejor que hablar. Porque en el diálogo está lo fundamental del tratamiento
preventivo de esta conducta que es: la escucha atenta.
Desde ya que nunca vamos a poder hablar ni de fórmulas, ni de recetas
“mágicas” que den con un 100% con resultados positivos, pero si podemos decir que
se puede reducir considerablemente el índice de suicidios
consumados. Tanto el diálogo, como la aplicación del protocolo del
suicidio LRAMP (Linehan Risk and Management Protocol), forman parte del
programa del tratamiento de la Terapia Dialéctico Conductual (DBT, por sus
siglas en inglés), que sirven para evaluar el riesgo suicida.
Este protocolo, LRAMP y una línea telefónica de tres dígitos fue aprobado
por ordenanza con el número 5054/2022. El mismo fue presentado a la comisión de
salud del Concejo Deliberante del Partido de La Costa, por profesionales
dedicados a esta problemática interdisciplinaria. Lic. Ambrueso, Roxana; Lic.
Fuentes, María Laura; Lic. Galinelli, Romina; Lic. Moya, Soledad y Prof.
Fontana, Ariel. La ordenanza fue aprobada y hoy se encuentra en un cajón
esperando que el Intendente Cristian Cardozo, se ponga en sintonía con esta
problemática.
Brevemente les explicaré en qué consiste el objeto de esta ordenanza y es
proporcionar una línea telefónica para que las personas en situación de crisis,
que necesitan llamar, comunicarse, contarse con alguien para hablar de su
problema y también esta línea se utiliza para avisar sobre alguna situación.
Aquella persona, considerada como “el primer respondiente”, será un personal
capacitado con el protocolo LRAMP, para evaluador el riesgo. Como si se tratase
del sistema de TRIAGE, que encontramos hoy en los hospitales. La persona que
estará atendiendo esa línea podrá detectar, disuadir y derivar a la persona en
situación de crisis, a un profesional de Salud Mental que estará de guardia las
24 hs, de forma permanente. Pero si este proyecto sigue dentro de un cajón
luego de ser aprobado y de vencido el tiempo para vetarlo, nada podremos
avanzar. Y es la Secretaría de Salud, quien debe estar en el despacho del
Intendente pidiéndole que active el protocolo. Sobre todo, en un lugar en donde
se han registrado muchas muertes por suicidio.
La prevención
Debemos estar preparados para la prevención. Desde todas las perspectivas
posibles. El papel de los medios de comunicación -hoy eclipsados por las redes
sociales-, es fundamental para la comunidad. El suicidio es un tema que debe
tratarse en los medios locales y que se dialogue con la comunidad. Que el tema
del suicidio no se trate desde la noticia policial, porque el suicidio no es un
delito. Tampoco es recomendable exponer los detalles del método utilizado, con
conjeturas que mencionan las posibles causas. Los mitos desde hace siglos,
siguen vigentes y dañan un tejido social vulnerado por este tipo de creencias. El
suicidio es un fenómeno global determinado por la OMS y es multifactorial, en
el que todos estamos implicados. Desde las políticas Públicas en primer lugar, le
siguen las decisiones políticas: fundamentales en ésta y en tantas otras
problemáticas sociales. Generar espacios dedicados a estas temáticas son
fundamentales, allí familiares de casos consumados, sobrevivientes a los
intentos de suicidio, son quienes más empatizan emocionalmente sobre la
conducta suicida. Muchos adolescentes, hoy demandan ser escuchados con
atención, sin juzgamientos, con respeto y con responsabilidad. Desde sus hogares,
desde los espacios que hoy habitan estos jóvenes en las escuelas.
Hoy las redes sociales operan dentro de una sociedad, con exposiciones
constantes y permanentes del quehacer mundano. Por qué no aprovechar las redes
sociales, como esta función social, para promover los factores protectores que
pondrán a salvo muchas vidas o al menos estarán colaborando con estrategias que
rompan con esta realidad silenciada. El silencio es uno de los principales factores
de riesgo y si a esta situación le sumamos, que este silencio es provocado por
el mito, de que hablar del suicidio es producir más ánimo a llevarlo a cabo, no
vamos por buen camino. Está comprobado que, por el contrario, preguntarle a una
persona que se encuentra en un estado crítico, si por su cabeza pasa el hecho
de suicidarse, el hablar del tema, ha dado como resultado, disminuir la
ansiedad y repensar la muerte como una alternativa a terminar con tanto sufrimiento.
Es muy importante crear espacios de
charlas debates y de diálogos sobre el suicidio, para entender la necesidad que
tiene una persona de ser escuchada y no ser juzgada. Los medios de comunicación
con periodistas capacitados y responsables, deberían ser la punta de lanza, en
la creación de estos conversatorios. En donde intervienen sobrevivientes,
profesionales de Salud Mental y de comunicación social. Siguiendo por personal
policial y del ámbito jurídico en donde muchas veces la burocracia pasa a ser
un factor de riesgo. Tenemos una ley nacional para la prevención del suicidio,
que es la 27.130; la que recomiendo leer detenidamente, ya que es un texto
corto con un contenido de mucho criterio sobre la prevención del suicidio. Por último, tenemos también, una ordenanza
municipal 5054/2022, pero de nada sirve, guardada en un cajón.
Ariel
Fontana, periodista y profesor de comunicación social
-FPyCS-UNLP-.
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