miércoles, 30 de noviembre de 2022

El tapón del Darién: inmigrantes que quieren comenzar una nueva vida

El tapón del Darién: una odisea para miles de personas

Una travesía de miles de personas hacia una nueva vida

Todos los inmigrantes de América del Sur que quieren llegar a Estados Unidos tienen que pasar por el tapón del Darién. Al llegar a la frontera entre Colombia y Panamá la carretera se termina y empieza el Darién, una odisea de kilómetros de jungla.

Según las autoridades panameñas, en 2021 más de 130.000 personas hicieron la ruta, de los cuales 19.000 eran niños. Muchos de los inmigrantes que se aventuran a hacer la ruta es porque al ser inmigrantes ilegales en países de América del sur tienen el temor de ser deportados a sus países de origen así que la única salida es cruzar la selva para hacer camino hacia Estados Unidos.

Necoclí: campamentos improvisados

La travesía empieza en Necoclí, un paraje a las orillas del mar caribe, es un lugar donde llegan un sin fin de viajeros que buscan un fin de semana de cócteles, arena y sol. Pero también es donde se juntan inmigrantes de todo el planeta. En el puerto de Necoclí se han llegado a juntar hasta 15.000 inmigrantes, una cifra muy alta para un lugar que no cuenta con la infraestructura para acoger tal cantidad de visitantes, de modo que se arman campamentos improvisados en las playas y allí se instalan durante semanas a la espera de un cupo en uno de los barcos que les llevará desde Necoclí hasta el otro lado del golfo, Capurganá.

Los campamentos en Necoclí son insalubres, no hay baños ni duchas y muchos migrantes tienen que dormir a la intemperie. En dicho entorno las enfermedades se propagan con mayor facilidad, las autoridades han alertado de posibles brotes de sarampión. En el puerto la desesperación por conseguir un puesto en los barcos va creciendo y juntándose con el desgaste mental y el cansancio físico. Muchas familias tienen que esperar su turno durante horas, algunas improvisan morrales de montaña mientras que otros utilizan bolsas de plástico para llevar el poco equipaje que llevan encima. Pegan sus nombres en los empaques para evitar confusiones, llevan lo imprescindible para empezar un nueva vida en otro lugar.

Capurganá: la jungla más salvaje

Pese a la pobreza del lugar, algunos migrantes consiguen comida gracias a colectas de la iglesia católica en sus parroquias, los fieles aportan alimentos para quienes lo necesiten. Cabe destacar que en muchos casos existe la barrera del idioma, la mayoría de migrantes de países como Haití habla creole, aún así buscan la forma de poderse entender.

Llegados al barco que les transportará hasta Panamá, muchos migrantes no saben que la travesía suele durar de promedio una semana. Según las autoridades de Panamá en 2021 más de 50 niños hicieron la ruta solos en la jungla del Darién. Los migrantes que cruzan la selva a parte de las dificultades del terreno deben superar asaltos, extorsiones y las mujeres a menudo violaciones, en 2021 se reportaron 88 casos de violaciones. En los barcos se juntan dos realidades muy distintas, turistas que vienen a disfrutar de las playas del Caribe y migrantes refugiados que llegan a pagar más del doble por el mismo viaje.

En Capugnará la situación no es fácil, el municipio ha perdido gran parte de su atractivo turístico por los migrantes. En la entrada a la selva, algunos caminos ecológicos eran lugares de interés turístico que ahora se han convertido en entradas clandestinas al Tapón del Darién.

Pese a que las autoridades constataron unos 50 cadáveres en el Darién, los testimonios de los migrantes apuntan a que la cifra podría ser mucho más elevada. La complejidad de la ruta hace que muchos de los migrantes dejen parte de su pertenencias como ropa en medio de la ruta.

América central: las dificultades continúan

Tras el Tapón del Darién empieza América Central, donde los migrantes encaran la extorsión de sistemas policiales corruptos, los riesgos de las bandas narcotraficantes y de las pandillas criminales como la mara Salvatrucha.

Entrada a México: llega la frontera burocrática

Los afortunados al llegar a Tapachula, en la frontera entre Guatemala y México, ahora tendrán que afrontar otro problema, la burocracia. México exige visa a los migrantes para poder continuar su viaje en dirección al norte. A la espera del documento, algunos se quedan varados a la espera durante meses. Para conseguir preferencia en la constitución de la visa las autoridades llegan a pedir más de 1.000 dólares.

Frontera con Estados Unidos: saltar hacia una nueva vida

Una vez llegados a la frontera con Estados Unidos los migrantes deben encontrar la forma de superar la el muro fronterizo de Estados Unidos con México, además de no ser increpados por las autoridades estadounidenses. Los que lo consiguen se convierten en inmigrantes ilegales que tendrán que luchar para que su nueva vida pueda ser mejor a la de su duro pasado.

El Tapón del Darién no es un problema ajeno

La problemática que se vive en la frontera con Estados Unidos no es la única en la mundo, también existe la de Europa y los problemas con los movimientos migratorios son un fenómeno global, por ejemplo en Myanmar existe la persecución al pueblo Rohingya, el cual tiene que vivir en las montañas en viviendas sin acceso a servicios básicos sin agua. Los alimentos y los recursos energéticos son inasumibles para miles de personas, los ingresos se reducen y los costes como el precio de la luz (para los que consiguen acceso) se multiplican para esas familias alejadas en la precariedad.

De todos modos también hay que plantearse una serie de cuestiones para abordar la problemática: ¿Cómo pueden los países receptores coordinar con los emisores de migrantes para amortiguar el fenómeno? ¿Pueden los ciudadanos apoyar de algún modo a los refugiados más allá de la gestión de las autoridades? Y por último ¿debemos permitir que en pleno siglo XXI ocurran este tipo tragedias como la del Tapón del Darién?

Fuente: https://www.companias-de-luz.com/noticias/el-tapon-del-darien-una-odisea-para-miles-de-personas/


martes, 29 de noviembre de 2022

Hablemos del suicidio: dialoguemos sobre esta problemática en La Costa


     Cuando uno menciona el diálogo, debe tener claro que se trata de un proceso de escucha atenta y habla, el resultado debe ser un nuevo aprendizaje, una reflexión, un intercambio de pareceres con un sentido constructivo. El dialogo es la herramienta principal si queremos abordar la conducta suicida. Como primera instancia nos apoyaremos en tres pilares fundamentales, para este tipo de estrategias: La prevención, la promoción y la postvención.

Desde la perspectiva de la prevención, debemos enfocarnos directamente en la problemática como un fenómeno global que arroja resultados de una muerte por causas de suicidio cada 40 segundos (Reporte de la Organización Mundial de la Salud, 2018). Y por cada suicidio consumado, aproximadamente unas 20 personas han intentado suicidarse) OMS, 2014). Más del 79% de los suicidios se produjeron en países con ingresos bajos y medianos. Y si ponemos el ojo en nuestra comunidad del Partido de La Costa, en un lapso menor a 60 días, han ocurrido unos 8 casos entre suicidios consumados e intentos concretos.

Los números, sólo sirven para la prensa, las estadísticas y algún proyecto posible de presentación ante quienes aún no han tomado conciencia cierta de esta realidad silenciada. Una problemática social, que desde la sola mención de la palabra suicidio, conlleva una carga estigmatizada. Al parecer, hablar del suicidio es hablar de la muerte. Le agregaría, después de haberme especializado como periodista en la prevención de esta conducta, que hablar del suicidio es hablar de la vida. Y no tengo la menor duda, hasta puedo aseverar, que dialogar es mejor que hablar. Porque en el diálogo está lo fundamental del tratamiento preventivo de esta conducta que es: la escucha atenta.

Desde ya que nunca vamos a poder hablar ni de fórmulas, ni de recetas “mágicas” que den con un 100% con resultados positivos, pero si podemos decir que se puede reducir considerablemente el índice de suicidios consumados. Tanto el diálogo, como la aplicación del protocolo del suicidio LRAMP (Linehan Risk and Management Protocol), forman parte del programa del tratamiento de la Terapia Dialéctico Conductual (DBT, por sus siglas en inglés), que sirven para evaluar el riesgo suicida.

Este protocolo, LRAMP y una línea telefónica de tres dígitos fue aprobado por ordenanza con el número 5054/2022. El mismo fue presentado a la comisión de salud del Concejo Deliberante del Partido de La Costa, por profesionales dedicados a esta problemática interdisciplinaria. Lic. Ambrueso, Roxana; Lic. Fuentes, María Laura; Lic. Galinelli, Romina; Lic. Moya, Soledad y Prof. Fontana, Ariel. La ordenanza fue aprobada y hoy se encuentra en un cajón esperando que el Intendente Cristian Cardozo, se ponga en sintonía con esta problemática.

Brevemente les explicaré en qué consiste el objeto de esta ordenanza y es proporcionar una línea telefónica para que las personas en situación de crisis, que necesitan llamar, comunicarse, contarse con alguien para hablar de su problema y también esta línea se utiliza para avisar sobre alguna situación. Aquella persona, considerada como “el primer respondiente”, será un personal capacitado con el protocolo LRAMP, para evaluador el riesgo. Como si se tratase del sistema de TRIAGE, que encontramos hoy en los hospitales. La persona que estará atendiendo esa línea podrá detectar, disuadir y derivar a la persona en situación de crisis, a un profesional de Salud Mental que estará de guardia las 24 hs, de forma permanente. Pero si este proyecto sigue dentro de un cajón luego de ser aprobado y de vencido el tiempo para vetarlo, nada podremos avanzar. Y es la Secretaría de Salud, quien debe estar en el despacho del Intendente pidiéndole que active el protocolo. Sobre todo, en un lugar en donde se han registrado muchas muertes por suicidio.

La prevención

Debemos estar preparados para la prevención. Desde todas las perspectivas posibles. El papel de los medios de comunicación -hoy eclipsados por las redes sociales-, es fundamental para la comunidad. El suicidio es un tema que debe tratarse en los medios locales y que se dialogue con la comunidad. Que el tema del suicidio no se trate desde la noticia policial, porque el suicidio no es un delito. Tampoco es recomendable exponer los detalles del método utilizado, con conjeturas que mencionan las posibles causas. Los mitos desde hace siglos, siguen vigentes y dañan un tejido social vulnerado por este tipo de creencias. El suicidio es un fenómeno global determinado por la OMS y es multifactorial, en el que todos estamos implicados. Desde las políticas Públicas en primer lugar, le siguen las decisiones políticas: fundamentales en ésta y en tantas otras problemáticas sociales. Generar espacios dedicados a estas temáticas son fundamentales, allí familiares de casos consumados, sobrevivientes a los intentos de suicidio, son quienes más empatizan emocionalmente sobre la conducta suicida. Muchos adolescentes, hoy demandan ser escuchados con atención, sin juzgamientos, con respeto y con responsabilidad. Desde sus hogares, desde los espacios que hoy habitan estos jóvenes en las escuelas.

Hoy las redes sociales operan dentro de una sociedad, con exposiciones constantes y permanentes del quehacer mundano. Por qué no aprovechar las redes sociales, como esta función social, para promover los factores protectores que pondrán a salvo muchas vidas o al menos estarán colaborando con estrategias que rompan con esta realidad silenciada. El silencio es uno de los principales factores de riesgo y si a esta situación le sumamos, que este silencio es provocado por el mito, de que hablar del suicidio es producir más ánimo a llevarlo a cabo, no vamos por buen camino. Está comprobado que, por el contrario, preguntarle a una persona que se encuentra en un estado crítico, si por su cabeza pasa el hecho de suicidarse, el hablar del tema, ha dado como resultado, disminuir la ansiedad y repensar la muerte como una alternativa a terminar con tanto sufrimiento.

            Es muy importante crear espacios de charlas debates y de diálogos sobre el suicidio, para entender la necesidad que tiene una persona de ser escuchada y no ser juzgada. Los medios de comunicación con periodistas capacitados y responsables, deberían ser la punta de lanza, en la creación de estos conversatorios. En donde intervienen sobrevivientes, profesionales de Salud Mental y de comunicación social. Siguiendo por personal policial y del ámbito jurídico en donde muchas veces la burocracia pasa a ser un factor de riesgo. Tenemos una ley nacional para la prevención del suicidio, que es la 27.130; la que recomiendo leer detenidamente, ya que es un texto corto con un contenido de mucho criterio sobre la prevención del suicidio.  Por último, tenemos también, una ordenanza municipal 5054/2022, pero de nada sirve, guardada en un cajón.

Ariel Fontana, periodista y profesor de comunicación social -FPyCS-UNLP-.