El sentido común, no es el más común de los sentidos. Los formadores de precios no son argentinos
El gran fracaso político es la sordera y la ceguera que
mantiene con la sociedad. Son nuestros representantes? No se trata, ni de
quienes nos gobiernan, ni de los que quienes intentan seguir en el mundillo
político, disfrazados de opositores. Han logrado transformar nuestro sentido
común, han logrado que nuestro sentido común, nos haga pulular por el camino de
enojos equivocados. Peleándonos entre nosotros, llevándonos a perder de vista,
nuestra condición humana. A aceptar desigualdades que haces años el límite lo
ponía la ética y la moral. Estas desigualdades las vamos a encontrar en todas
las áreas sociales, pero hoy quería escribir sobre “La formación de precios”.
Cuantos años han pasado, desde aquel momento en que nos
enteramos que el precio del litro de leche que le pagan al tambero en el campo,
presente el 15%, del valor del precio que hoy tiene un sachet en la góndola? Y
así podemos seguir por el mercado de frutas y verduras, la carne y los
cereales. Pero seguimos discutiendo entre nosotros el tema de los “formadores
de precios”. Tal vez nos olvidamos que también somos mejores que el DT de la
selección Nacional, o los equipos nacionales o locales. Discusiones que se dan
en la calle, en un café, en la cola del banco, pero nunca en el lugar adecuado,
siempre lejos del problema en sí. A kilómetros de estar del lado de la
solución. Nos pusimos a pensar quienes son los formadores de precios, sabemos
quienes son? Así al menos les pedimos que no se olviden de LOS SUELDOS, del
salario formal, porque el consumo se paga con el salario. Estos formadores de
precios, que sólo tienen la mirada puesta en sus intereses y sólo en los suyos,
no dejan cada día sin oxígeno, sin perspectivas de un buen y mejor trabajo, nos
vuelven más especulativos para poder sobrevivir, administrar mejor nuestra
pobreza y enriquecer sus capitales. Cómo se puede pensar en una igualdad de
condiciones si el poder lo tiene ellos. Estos concentradores de riqueza,
preocupados por cuestiones totalmente diferente a las nuestras, es tanto la obscenidad
que tienen por el poder, que han logrado transformar nuestro sentido común, en
el sentido común del poder de ellos. Y nosotros seguimos convencidos que está
bien.
En los países con mejor calidad social, los controlan desde
el consumo, de una manera muy sencilla: el NO consumo. Esto sí, le provoca un
daño enorme a su expectativa económica, porque no les cierra el día con los
números esperados. Pero a cada aumento, los argentinos salimos corriendo a
comprar, porque “nos ahorramos uso pesos antes que aumente”, es nuestro
criterio. Sin embargo, en esa “compra” el beneficio sigue siendo de ellos. Nuevamente
lograron vaciar sus depósitos, para volverlos a llenar con “nuevos precios”,
precios que les ponen ellos. Precios altos, y sueldos cada vez más bajos. Cada
vez que suben los precios, nuestros sueldos se van cayendo a pedazos. Y lo más
absurdo que nos sucede a diario y que además repetimos con mucho fervor es esta
frase: “Volvió a subir el dólar”. El dólar NUNCA subió. Tal vez algún día
comencemos a ser coherentes y repitamos a diario: “Volvió a
bajar el peso argentino”. Desde ese día, comenzaremos a tomar conciencia que
los formadores de precios, no son ni el gobierno ni el pueblo, sino los concentradores
de poder y riquezas, que no son argentinos, pero que tienen muy buenos agentes
en el gobierno.
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