Día del Periodista en la Argentina, una discusión sin fin se plantea desde varios ángulos de la información, desde cada mirada, desde cada medio, desde los diferentes lugares en la que ha sido formado el periodista. Muchas veces vapuleado, juzgado, asesinado "como el cartero", por hacer conocer una noticia que "No conviene". El periodista frente a ese consumidor que espera legitimar su relato, tan sólo porque sale de su boca y lo hace realidad, en su casa, en su trabajo, en el café.
La pregunta vuelve... ¿Periodista? ¿Por qué está detrás de un micrófono, por qué escribe unas cuantas notas, por que está en la radio o en la tele? ¿Periodista? Por que hoy escribe en la web, a través de un portal, de un blog o las redes Sociales?
Tal vez por todo esto, hay un público pasivo que ve, que observa nuestro trabajo. Que sabe y se siente acompañado y necesita que su caso o su tema se convierta en suceso. Que conoce que este oficio no tiene hora ni carga horaria, ni estaciones del año y no importa a que hora sale el sol o la luna, importa que la nota convertida en noticia o en un anuncio esté en el éter. Que haya salido a vagabundear por el espacio cybernético, sin saber con certeza en que manos o mentes caerá.
Tal vez depende de la responsabilidad que cada uno le pongamos a una nota o a una imagen para lograr el objetivo que siempre será personal. Aunque ese periodista responda a un interés particular, la decisión de pertenecer es inclusiva. No hay motivos para juzgamientos estériles, porque lo importante aquí es donde impacta "ese trabajo" y no que se gana con ello.
Pero siempre la mirada está puesta en el Periodista, porque que se lo eleva al "éxito y a la fama", para que en las buenas lo llenen de aplausos y en los fracasos lo entierren de basura. El público necesita no hacerse cargo de su demanda y así hoy caemos en las redes sociales. En donde el emisor-receptor-emisor se enfrenta con el mismo y como si fuera poco con sus pares: Otros demandantes de sucesos. Y aquí es donde el periodista se entremezcla con ese público que no lee ni le llama la atención su trabajo de oficio. Por que el de las redes sociales ha superado en millones esa difusión, que el periodista hubiese preferido que le pasara a él con su nota. Miles de herramientas se crean a diario para combatir con ese hombre que se ha metido en el oficio del periodista. Con ese alguien que desde su celular -impensable hace 10 años atrás- manda un archivo, que en décimas de segundos cruza el mundo de lado a lado. Un niño que con sus pulgares, juega con su celular con otro que está a pocos metros de una guerra o de un estallido de un misil! Presidentes de potencias mundiales que toman decisiones a través de una red Social, utilizando los pulgares, aunque algunos ya ni los pulgares, con la voz simplemente reconocida en su aparato, hoy cambia al mundo.
¿Periodistas? ¿Adonde están? ¿En que momento trabajamos, en que momento nos legitimamos como tal? ¿Puede un señor de la calle entrar a defender a un acusado a un tribunal? ¿Puede otro señor de la calle entrar a un quirófano y oficiar de instrumentista? ¿Puede un señor de la calle ingresar a la cabina de un Boing y ajustarse el cinturón para volar? En cambio ese señor que no tiene cabida por esos lares, en las redes sociales si... este señor se convierte en médico, piloto aeronáutico, letrado, en un pedófilo escondido detrás de un monitor y un teclado. Porque las redes sociales se vinculan hoy a través del periodismo, porque el mismo periodista reproduce los twiters, los comentarios de facebook, por los medios en donde su público lo reconoce como tal. Hay programas enteros dedicados a las redes sociales.
En un día como hoy, me surge esa reflexión: ¿Donde estamos los periodistas luchando por defender la palabra? Adonde quedó el legado que comenzó con Mariano Moreno y siguió con Rodolfo Walsh -por nombrar algunos históricos de nuestro país.
7 de Junio, no hay dudas que todos los años se festeja para esta fecha a partir de lo establecido en el primer Congreso Nacional de Periodistas que se celebró en Córdoba, el "Día del Periodista". La idea de elegir ese día fue con el propósito de recordar el primer diario que emitió Mariano Moreno el 7 de junio de 1810, "La Gazeta de Buenos Ayres". Para la época fue todo un suceso, que no hacía un mes que se había declarado la Revolución de Mayo, recién nacía la Argentina que en 1816 celebrara su independencia a los ojos del mundo.
En aquel momento histórico, la Primera Junta había firmado el decreto con el fin de publicar noticias locales y del exterior, como así también la celebración de los actos públicos. En los primeros pasos los redactores fueron Mariano Moreno, Manuel Belgrano y Juan José Castelli.
De aquí, hago un salto temporal hasta Rodolfo Walsh, que entre su trabajo como escritor e investigador publicó "Operación Masacre" en 1.957 y en 1.976 crea el ANCLA -Agencia de Noticias Clandestina-. La dictadura había coartado la libre expresión y todas las publicaciones eran controladas por el régimen. Rodolfo Walsh, con la "Cadena Informativa" luchó desde la clandestinidad, para que la palabra fuese libre y fue asesinado por ese motivo el 25 de marzo de 1.977 por el grupo de tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada Argentina. Asesinado por defender la palabra!
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