“Cuantas cosas quedan en el tintero” reza un viejo dicho popular, quizá tan antiguo que viene desde la época en la que se escribía con una pluma embebida en tinta que estaba en un frasco pequeño. Sin embargo, nada quedó en el tintero si no en nuestras mentes. Desde allí no salió, por diferentes cuestiones, tal vez las contrarias a las que nos impulsaron a escribir. Pero no le otorguemos esta responsabilidad al tintero, sino a nosotros mismos.
Es lógico que esta pandemia trajo nuevos
paradigmas para esta bendita profesión que sigue siendo tan dinámica como transformadora.
Sin embargo, uno sigue ahí presente, ante un suceso o algo que sucedió y hace
falta que salga a la luz. El periodismo es una profesión multidisciplinar, para
no decir la única. En la actualizad, esta característica también está
atravesando otras profesiones con precarizaciones, pero el periodismo está ahí,
lo tenemos ahí, al alcance de unas palabras escritas o dichas, por los medios
convencionales y en estas últimas décadas por las redes sociales. Redes
sociales, que cada vez de “sociales” tienen muy poco y sobre esto, no hace falta
ni aclarar ni explayarse más.
El Periodismo como cualquier profesión, requiere
de una práctica responsable y de una preparación, que no hace tantos años, se
volvió una actividad de nivel terciario y académico. Y allí vemos, lo
fascinante que se vuelve esta profesión a partir de ahondar y profundizar sobre
muchas cuestiones en la que sólo se trabajaba profundamente en el periodismo de
investigación. Hoy el periodismo ha dejado atrás sólo este tipo de
investigaciones y ha llegado a entrometerse desde el análisis del discurso a
realizar grandes aportes al sector judicial, al político y al social. Hoy el
periodismo no es sólo dar una noticia, sino trabajar en ella y sus efectos. La
información es un producto de consumo y como tal debe estar libre de cuestiones
sépticas. La mala información produce daño, la información falsa lo mismo, la
sobre información lo mismo y así como se viene dando esa lucha milenaria entre
curanderos y médicos, en esta profesión se lo mismo a diario. También se debe
lidiar no sólo con los “curanderos de la información y la comunicación” sino
con los enfermos que han consumido esa información en “mal estado”. Las consecuencias
y daños colaterales que producen estos “curanderos”, son tan fuertes como los
que encontramos en un profesional con su mala praxis.
En este día tan especial para quienes aman y
practican esta profesión con toda responsabilidad, les pido que sigamos en el
camino del descubrimiento, de la inquietud, de la infinitud de seguir
investigando, creciendo y adquiriendo más conocimientos. El periodismo no es
sólo INFORMACIÓN, también es COMUNICACIÓN, es moral, es estar ahí en donde se
nos necesita para dar respeto, seguridad, alivio, calma, salud con nuestras
palabras. Y gracias para quienes confían en esta profesión y nos ayudan a tener
una mejor comunidad y un mejor nosotros.
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