viernes, 22 de marzo de 2013

Caso Jerez / Aparecen revelaciones

En la última semana del juicio por Darío Jerez, el comisario que lideró la investigación brindó una extensa e interesante declaración. Además: las contradicciones en la morgue -El viernes se realizan los alegatos-.

Por Gabriela Urrutibehety
g.urruti@entrelineas.info

El comisario Seiras, encargado de la investigación en el caso de la desaparición de Rubén Darío Jerez, testimonió por unas tres horas en el juicio que lleva adelante el tribunal oral Nº2 de Dolores.
Seiras, perteneciente a la DDI de Santa Teresita, relató de qué manera colaboró con las pesquisas desde el momento en que fue reportada la desaparición de Jerez, el 25 de octubre de 2001. También narró de qué manera Leandro Alzugaray, a la sazón detenido en la comisaría de General Madariaga por otro hecho, le relató cómo había escuchado que a Jerez lo había matado gente vinculada con Jorge Grande.
Según narró Seiras, Alzugaray había escuchado, en la antesala de la secretaría de Gobierno del Palacio Municipal de La Costa, cómo el chofer de Grande, de apellido Bin, le relataba a su jefe que “se la había ido la mano” con Jerez, que habían querido asustarlo pero lo habían matado y luego tirado su cadáver a la ría de Ajó.
Alzugaray –que está imputado en este juicio por falso testimonio– también le dijo, siempre según los dichos de Seiras, que los responsables de la muerte de Jerez habían sido Bin, Cristian Ríos y Sarraille, tres personas vinculadas a la gestión del intendente Guillermo Magadán en la comuna de La Costa. Según los dichos de Alzugaray que relató el comisario Seiras, el traslado del cuerpo lo habían hecho en el Renault Laguna de Jorge Grande, uno de los autos por los que insistentemente se ha estado preguntando durante el juicio.
En cuanto al móvil, el detenido le comentó que estaba vinculado con unos cheques de los cuales tenía fotocopias en su calabozo. De acuerdo a los señalado por Seiras, los cheques revelaban una actividad ilegal puesto que la financiera Comprar no estaba autorizada para operar con descuentos de cheques, sino con créditos pequeños con tarjetas. Según lo que dijo Alzugaray, los cheques originales estaban escondidos y eran su reaseguro para el cobro de una deuda que Grande mantenía con él.

Seiras señaló también a Carlos Subirol, representante de Comprar en Santa Teresita, como una persona de accionar sospechoso, que intentaba sacar información de la investigación policial, más que aportar a ella. Ante preguntas de la fiscalía, consideró que ni Subirol ni Alejandro Muñoz –socio gerente de Comprar- han dicho todo lo que saben sobre el tema y que el testimonio de Alzugaray en su momento le sonó creíble, aunque este último había insistido siempre en que no prestaría declaración testimonial en ninguna sede judicial, sino que le “tiraba una punta” para la investigación.


CONTRADICCIONES EN LA MORGUE

El lunes declaró Rodolfo Avelino Villalba, quien trabajó de chofer de Jorge Grande y que luego cumplió funciones en la morgue del hospital de Mar de Ajó. El testigo José María Torchetti había indicado que Villalba, de sobrenombre “Ñoqui”, le había dicho que tuvo a Jerez tres meses en la morgue y que después se lo llevaron para enterrarlo como NN.

En medio de sollozos, Villalba rechazó las acusaciones de Torchetti y señaló que el único NN que había habido en la morgue mientras él trabajó allí era un indigente que luego fue enterrado de acuerdo con el procedimiento   legal correspondiente.

Ante estas contradicciones, el fiscal Diego Bensi pidió un careo entre ambos testigos que, posiblemente, se realice mañana miércoles. El jueves será el último día de testimonios, en tanto que está previsto que el viernes se desarrollen los alegatos de las partes involucradas en este caso.





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