Asaltan y amordazan a punta de pistola a mujer de 76 años mientras estaba con su nieto de 2

Santa Teresita: En la madrugada del domingo ingresan a una casa dos delincuentes con el rostro cubierto y con pistolas. Amordazan a una mujer de 76 años y le colocan precintos en las manos y en los pies, mientras su nieto de 2 años lloraba sin parar desde su habitación. Se llevaron dinero y joyas mientras que amenazaban a la mujer con llevar al niño de 2 años a Buenos Aires y lo harían desaparecer si no les entregaba todo el dinero.

El hecho ocurrió alrededor de las 3:15 de la madrugada, cuando Doña Ema se disponía, como es su costumbre a prepararle la mamadera a su nieto mientras los padres trabajan la noche del sábado en el local nocturno de "La Barra" en 32 y 5 de Santa Teresita. Cuando se dirigía al cuarto del niño, advierte que el perro muy nervioso por la situación comienza a ladrar desesperadamente. Como estaba atado, seguía ladrando hasta que logra divisar a dos personas jóvenes -según su relato- que ingresan a la casa desmontando una ventana de aluminio. Ema de 76 años intenta ingresar al cuarto para proteger al niño, pero uno de los delincuentes le pone una pistola en la cabeza y la arroja contra el piso. Luego le sujetan las manos y los pies con precintos.

Mientras uno de ellos daba vueltas la casa en busca de valores, con todas las luces prendidas, el que estaba junto a Ema, le pedía que le diga donde está el dinero y decía a cada momento: "Decime donde tenés el dinero, porque sino nos llevamos al niño a Buenos Aires y no lo ven más". La mujer desesperada, con un arma apuntando a su cabeza le pedía que no le hagan daño al niño. Que por favor le permitan calmar al niño que lloraba desesperadamente desde la habitación.

Encontraron dinero de la recaudación del viernes del negocio, las alhajas y se llevaron otros pertenencias, como dos televisores y otros artículos más.

La mujer asustada, esperó a que se fueran, arrastandose y con las manos maniatadas logró acercarle la mamadera al bebe para tranquilizarlo. Con mucho temor a que volvieran esperó un buen rato hasta asegurarse que podía llegarse hasta el teléfono y allí poder marcar luego de varios intentos, el número de su consuegra. Está dio aviso a un radio taxi y le avisaron al matrimonio lo que estaba pasando en su casa.

Carlos Escudero y Milagros, inmediatamente fueron a su casa y se encontraron con Doña Ema -la mamá de Milagros- en el piso con un ataque de nervios, con la boca encintada y el niño dormido en su habitación. Imaginaron lo peor.

Todo este calvario lo sufrió doña Ema con su nieto durante 2 horas, en la que los delincuentes daban vuelta la casa en busca de valores.

Momentos antes de la 3:00 un taxista advierte a dos jóvenes que habían estacionado una moto sobre la costanera, a metros de la vivienda y como le pareció el hecho sospechoso, fue a la comisaría 1º a decirles lo que había visto, incluso mencionó el color y tipo de moto que había visto. Según dijo después, nadie le dio respuesta.

A primera hora de la mañana se hicieron presentes en el lugar personal policial y luego del mediodía policía científica tomaba huellas del lugar.

Después de 20 horas de aquel suceso, mientras Milagros me comenta lo sucedido, doña Ema -su mamá- decía que le dolía todo el cuerpo y que quería poder ir a descansar, pero no puede. Mira hacia la ventana y cuenta repetidas veces: "Yo le pedía a Dios que no se lleven a Fede, que no le hagan daño, que se lleven todo...pero que no le hagan daño al bebe".

Por momentos recordaba cuando que le puso la mano en la cara cubierta al delincuente pero no quizo descubrirlo por temor a que mataran al bebe y a ella.

Esto ocurrió en la madrugada de ayer domingo, en calle 43 y 2 de Santa Teresita, mientras un matrimonio trabajaba lejos de su casa y una abuela se encargaba de atender a Federico, el hijo de la pareja. Ella como pudo logró calmar al niño, dándole la mamadera con las manos precintadas.

Hace horas mientras doña Ema relataba lo sucedido, recuerdó que uno de los delincuentes -el que le había puesto una pistola en la cabeza- se le acercó a su cara, la tomó del brazo y realizó "la señal de la cruz". En ese momento Ema dijo: "Pensé lo peor..." y después de contármelo se marchó a su cuarto.